martes, julio 08, 2008

VANGUARDISTAS DE CAMISA AZUL (3): la seduccion entre intelectuales/apoliticos de la Falange (primera)

¿El fascismo, un viento (sólo) de belleza ? Digamos que el viento –de guerra- venia ya de un poco antes : de la I Guerra Mundial y de los conflictos mas o menos regionales o localizados que la precederian, y el que enfrento a Italia y la Turquia en torno al control y posesion de la plaza de Tripoli (en Libia, Cirenaica antigua) dio lugar a una batalla naval –el 1 de octobre de 1911- que cantaria en un poema celebre Filippo Tomasso Marinetti, fundador del futurismo, una de las corrientes principales de la vanguadia literaria de inicios del siglo XX y asociado con gran destaque a los balbuceos del nacional/sinndicalismo espanol, y en concreto a la campaña pro/fascista, politica a la vez que literaria, que llevo a cabo Ernesto Gimenez Caballero desde las paginas de la revista que el mismo habia fundado, « la Gaceta literaria », y que dio inicio con su « carta a un compañero de la joven España » publicada en su revista, en Febrero del 29 (durante la Dictadura de Primo de Rivera), e inspirada en el libro « En torno al casticismo de España » -traducido y prologado por el mismo GC- de otra de las grandes figuras del fascismo literario, Curzio Malaparte.

La vanguardias fueron europeas « lato sensu », de la Europa del Norte sobre todo, y seria en Alemania donde mas auge tendrian en una explosion de tendencias y corrientes –en Literatura y en las artes plasticas- que germinarian durante la gran guerra y harian eclosion en Alemania sobre todo con la derrota. La semilla –esencialmente germanica, ya digo, alemana y anglosajona- prendio tambien en los paises y regiones ocupados por el ejercito aleman durante el conflicto y asi en Belgica flamenca las corrientes vanguardistas contaron con una figura de gran destaque en la persona de Paul van Ostaijen, poeta en lengua neerlandesa, muerto de tuberculosis aun muy joven, estrechamente asociado a sectores del nacionalismo flamenco (una especie de coco de la otra mitad de Belgica, de expresion francofona)-que se veria directamente involucrado en las campañas culturales de germanizacion que llevaron a cabo las autoridades prusianas durante la ocupacion-, y quien habia contribuido a peturbar con otros jovenes univrsitarios flamencos, de sus gritos de protesta y de sus consignas, un acto publico del Primado de Belgica entonces, el muy afrancesado y francofilo Cardenal Mercier, en una visita que hizo hacia al final de la guerra a Amberes, en Belgica ocupada, y que le valdria al joven poeta condena, exilio (en Alemania) y persecucion en la immediata posguerra.

Van Ostaijen, un nombre con el que me tope en una de mis incipientes lecturas en neerlandais en mis primeros tiempos de residencia en Belgica –expresion mas bien sombria en las fotos que de el se conservan, y un rostro poco nordico, lleno de sombras (hispanicas yo diria)- dejaria un bello poema « A la caida de la tarde » (« Valavond ») en donde canta al « sol de oro de California » que va reunir -en su viaje terrestre- sus ultimas fuerzas para « el ultimo viaje » de ese dia, (« de laatste van die dag ter aardevaart ») reflejado en el cristal del portal de uno de aquellos viejos tranvias del casco urbano de Amberes de principios del siglo veinte, a la caida de la tarde ; en el que se me antoja que hay poco de nostalgia nordica y si un mucho de nostalgia hispanica, de un sol de oro (como el de California) que se habia puesto en Flandes hacia ya doscientos años….

Su obra corta entre vanguardista, modernnista y tradicional y su muerte sobre todo, muy joven, ya digo, contagiado de una tuberculosis galopante que se lo llevo a la tumba a una velocidad supersonica depues de haber sido puesto en cuarentena en una especie de hostal a las afueras de un pueblecito de la provincia de Amberes en pleno campo, aparece cargada de simbolismo, de una Belgica flamenca (e hispanica) a la vez que –entre el Norte y el Sur, entre una cultura latina fagocitada desde hace ya un rato por la lengua francesa y el mundo nordico y germannico- no consiguio (aun) encontrar su camino y su norte (o su meridiano como se quiera), y ofrece a su vez el retrato tipico o arquetipico de la figura del literato vanguardista y a la vez –como diria la autora del libro que nos ocupa- « pre/fascista ».

Dos conceptos en mi modesta opinion -vanguardias y « fascismo » (lato senso) - que en el caso español aparecen intimamente asociados, hasta el punto que se siente de lo mas claro la dificultad y el malestar indefinible que les inflige a muchos autores el abordaje de la version espaola del fenomeno vanguardista, tal y como se ve plasmado en manuales y obras que tratan del tema en la historiografia contemporanea (de la literatura) De una manera, es cierto, que parece como si se vieran obligados a llenar un vacio o un hoyo, de la forma que sea y con nombres cualesquiera, lo que se traduce en una busqueda a toda costa de trazos caracteristicos (vanguardistas) en los nombres de mayor relieve de la Literautra espanola de la epoca…pero solamente entre aquellos (nota bene) aceptables dentro de los canones hoy en vigor de lo politicamente/correcto. Y asi, en una pagina española de las historias de la vanguardia de las que hoy por hoy se estudian en escuelas (literarias) y universidades de este lado (norte) de los Pirineos se silenciaran cuidadosamente ciertos nombres y corrientes de los mas caracteristicos –« grosso modo » todos aquellos que de una forma directa o indirecta aborda el libro « Vanguardistas d camisa azul » que aqui estamos comentando- y se sacaran siempre en cambio a relucir nombres insoslayables en los anales de las Armas y de las Letras de la guerra civil española, del lado por cierto de los que la perdieron.

Y ni se menciona siquiera el nombre –no menos insoslayable e indisociable del fenomeno vanguardista en lengua española, se quiera o no se quiera- de Ramon Gomez de la Serna, por (leso) delito/de/fascismo o de lesa adhesion al Regimen desde el exilio, ni un nombre siquiera tampoco en toda la constelacion de figuras de igual o un poco menor nombradia que la suya que consiguio catalizar a su alrededor en sus tertulias del cafe Pombo, desde principios de siglo. Y si en cambio, se insiste sobre los trazos vanguardistas de tal o tal nombre de los que no faltan nunca en un manual de literatura española contemporanea editado en le extranjero en estos ultimos sesenta años, y entre ellos, ya digo, de preferencia los que mas protagonismo (beligerante) –del lado de los rojo/republicano por cierto- alcanzaron durante la guerra del 36.

Y pienso en particular en Rafael Alberti al que no se puede propiamente calificar de un escritor o poeta « vanguardista » y si en cambio de pre/fascista en muchos conceptos –por mucho que al final acabara en el bando opuesto- ; o en don/Antonio/Machado que ofrece un claro trazo de desdoblamiento de personalidad (en Juan de Mairena y otros seudonimos que utilizaria) cierto, pero del que se desconoce o se silencia deliberadamente, por ejemplo, que en sus escritos beligerantes –y de propaganda de guerra « stricto sensu »- destinados a los combatientes en las trincheras de la zona roja se libraria a unas elucubraciones inspiradas en el « Sein und Zeit » de Herman Heiddeger, en algunos de sus parrafos incluso mas enigmaticos y a la vez mas radicales y mas violentos (sobre la Muerte con mayusculas), que se pueden califcar sin el menor rebozo de propiamente fascistas (o nazi/fascistas)….

Algo parecido cabria « mutatis mutandis » decir del portugues Fernando Pessoa quien tambien muestra ese trazo pretendidamente de vanguardia –aun mas que don /Antonio/ Machado- en unos cuantos seudonimos que utilizaria a lo largo de su obra y su trayectoria y con los que dialogaba incluso (y polemizaba...) –Alvaro de Camposs, Ricardo Reis, Alblerto Caeiro…- y que no se veria menos asociado al Estado Novo (salazarista) en el que vivio -que le sobreviviria ademas…- y en el que publico sin mayores problemas (de censura); y si tuvo alguno lo fue por delito/de/fascismo precisamente, por culpa de ciertos escritos, de cartas abiertas en las que mostraba clara preferencia y partidismo en favor de las corrientes neofascistas o « nacional/.sindicalistas » (portuguesas) emanadas del propio Estado Novo pero al que alcanzaban a superar en radicalismo (pro/fascista)

Gran amigo Pessoa, como de todos es sabido que lo fue, de Antonio Ferro, personalidad clave del Regimen corporativo (y fundador de las Mocedades Portuguesas) Y sintomatico y relevador lo es sobre todo uno de sus titulos, « Messagem », unico de sus libros publicado antes de morir–en el año de gracia de 1934…- en forma de poema epico, rezumante de un « pathos » nacionalista indiscutible (todo menos democratico, y no poco anti-espanol por cierto...) y que es un canto exaltado a la nacion portuguesa, al rey don Sebastian –« el Encubierto »- y donde libra sus visiones poeticas de la gloria futura de Portugal y del Quinto Imperio » (…) que yo vi de cerca esgrimidas –de ojos absortos- en la propaganda del regimen (izquierdista) surgido del 25 de Abril, en los discursos sin ir mas lejos del presidente de la republica entonces –cuando yo estuve preso alli…- Ramalho Eanes, sin el menor complejo (ni miedo ninguno de que le trataran de fascista) …

La autora de « Vanguardistas de camisa azul » se ocupa en su libro de una pequeña plantilla de nombres que ella considera representativa de lo que da en llamar una « vanguardia reaccionaria » (o pre/fascista) y entre ellos figuran los de Samuel Ros y Antonio de Obregon, dos autores que habria que adscribir dentro del tipo de escritores/apoliticos que acabaron en la Falange, pero que al contrario de lo que seria el caso con Tomas Borras, y otros autores que la autora alemana aborda tambien en sus obra –Ernesto Gimenez Caballero, Felipe Ximenez de Sandoval, Rafael Garcia Serrano…- admiten una disociacion casi completa entre obra literaria y adscripcion ideologica o militancia politica. Y como tal, por parajodico que parezca ofrecen mucho mejor ilustracion, en mi modesta opinion, del influjo y seduccion que ejercio la Falange sobre la intelectualidad y el mundo artistico en la España aquella de los años de la Republica.

Samuel Ros, que evoca tambien el otro libro sobre « el tema » que en esta serie de articulos habre traido a colacion,« la Corte literaria de Jose Antonio », era ya un autor conocido cuando empezo a participar en las tertulias de la Ballena Alegre. Su libro « El hombre de los medios abrazos » (1932) que Mechtilde Albert analiza en detalle y extension es sin duda una obra importante, muy de su epoca, con inconfundibles trazos vanguardistas y a la vez pre/fascistas, lo que da pie a la autora para catalogarla como una obra de transicion, eslabon crucial en la cadena o linea de evolucion que traza en su ensayo entre la Falange la vanguardia (reaccionaria): por su epilogo sobre todo, en el que describe una escena en Pombo –inspirada sin duda en el banquete de homenaje que ofreceria alli Ramon Gomez de la Serna a Ernesto Gimenez Caballero en enero de 1930, « nota bene » justo antes de la caida de la Dictadura…- de la que Samuel Ros se sirve para anunciar « el ocaso de la vanguardia »

En ella se ven descritas las principales figuras de la Falange literaria presentes en el homenaje -Rafael Sanchez Mazas, Eugenio Montes, Don Pedro Mourlane Michelena…–con cierta distancia y fina ironia pero sin sombra de animosidad alguna. Lo mismo cabe decir del retrato -al auga fuerte- que en esos mismos parrafos se acierta a verter de Ramiro Ledesma Ramos, levantando una silla en alto o empuñando una pistola (de verdad) al grito de « arriba los valores hispanicos » y en repuesta a la intervencion, provocante sin duda de un comediografo fascista asistente al acto…...« El hombre de los medios abrazos » como el otro titulo de Samuel Ros « El ventrilocuo y la muda » se ven enfocados en el ensayo que abordamos como ilustracion de la problematica tipicamente vanguardista de una crisis de indentidad, paralela a los fenomenos de desdoblamiento de personalidad tipicos del artista de vangurdia, y que configura un sentimiento de desposesion, en autores y personajes: un trazo que ve presente en todos los autores estudiados, y mas si cabe que ninguno en el titulo –especie de « novela lirica »- de Antonio de Obregon, « Efectos navales.

Antonio de Obregon « alter ego » de Samuel Ros en la semblanza comparativa –de escritores/apoliticos- que en este articulo/mensaje estoy vertiendo, era ya tambien autor conocido con titulos publicados antes de comenzar a asistir él tambien, durante los años de la Republica, de contertulio en las reuniones de la Ballena Alegre. En la novela mencionada se traza un retrato entre comico y patetico de sus dos principales personajes, una pareja que intentan desesperadamente encontrarse a si mismos en una huida « hacia las playas », figura o « topoi » emblematico de la literatura de vangardia. Son unos personajes tragicamente desgarrados « victimas de su epoca » y tambien de lo que Ernesto Gimenez Caballero –citado en otro lugar del ensayo- calificaria de « drama de la modernidad » (en su libro "Genio de España") : « el drama de los pueblos que dejamos de ser pueblos al iniciarse la modernidad (y que) se acentua cuando estos pueblos quieren volver sobre si mismos sin dejar de ser modernos »….Lo que la autora alemana ve como uno de los trazos mas caracteristicos de la vanguardia (reaccinaria) en su version espanola: esa indapatacion al mundo moderno con raices profundas e indesarraigables en nuestra propia historia (española)…

Antonio de Obregon pasaria a la historia de la literatura española y del periodismo por algunos de sus titulos –« Efectos navales », « Hermes en la vida publica » (en el que la autora alemana ve plasmado un tipo de heroe « self made man », de signo capitalista y a la vez pre/fascista), por su labor periodistica y cinematografica tambien -estrechamente asociado a Edgar Neville, otro figura emblematica de la vanguardia/azul-, en el seno de la prensa del regimen en la posguerra, en Arriba, y mas tarde de corresponsal en Lisboa del diario « ABC »- pero su recuerdo permanece indisociablemente ligado al entierro de Unamuno en Salamanca en el que participo de forma destacada llevando el feretro a hombros junto con otra personalidad destacada de la Falange literaria, Victor de la Serna.

Figura representativa de la intelectualidad de los años de la Republica, victima a doble titulo de la modernidad y tambien de una indefension social indesmentible y del « desclasamiento » y degradacion social paralelos que la Republica habia infligido a ciertas clases medias (« de derechas ») Antonio de Obregon expresa esto ultimo de una forma clarividente (profetica incluso yo diria) en un articulo revelador -de « demagogico » lo califica la autora alemana…(?)- publicado en la revista "Vertice" de la Falange en noviembre del 37, con el titulo de « Nuestro verdugos »…

Y lo habre escogido como colofon de este articulo mio por parecerme testimonio insolito y de claridad cegadora a la vez, de un fenomeno oscuro, mal conocido y peor circunscrito que tuve ocasion de presenciar en directo… ¿que digo ?: que habre vivido (y sufrido) en propia carne los largos años que llevo residiendo aqui en Belgica, marcados -de sus altos y bajos, « grosso modo » hasta hoy- de una precariedad/social que mis estudios y la condicion intelectual que reivindico –con orugllo, por que no ?- no harian mas que agravar y empeorar por parajodico (y cruel a la vez) que la cosa parezca….

« En Madrid -escribe Antonio de Obregon refiriendose a las clases obreras madrilenas ganadas a una ideologia de izquierdas desde mucho antes de la guerra- no existia la masa ciega y analfabeta de otras regiones, enfurecida por el hambre, sino un proletaridado señorial (sic) y castizo, de copa y puro, de buenos jornales (sic), de pantalon ancho, cine, partida de domino y folleto marxista en el bolsillo » (…) « Todas esas gentes –remata Antonio de Obregon en su implacable requisitoria- que vivian (sic) una economia mas saneada que el intelectual, el poeta y el sabio, son los que mas nos odiaban »….

Y no he podido menos de retener ese parrafo –esa frase sobre todo, de « una economia mas saneada »- como glosa del espectaculo, bastante isufrible en verdad, que me habra sin descanso deparado la suerte aqui, de cara a una emigracion espanola (en la UE) –de los anos sesenta- de la que me senti siempre grosso modo excluido, por razon de simpatias o de filias y fobias ideologicas en parte sin duda, y tambien es cierto, por su posicion social su simple presencia en grupo, fuera de Espana, mientras que yo llegue aqui solo y me busque la vida siempre solo y con la menor ayuda (posible), tambien es cierto…

Pero sobre todo por una economia, la suya, (mucho) mas « saneada », es cierto,de lo que habra sido la mia propia todos estos años –con sus contratos de trabajo en Belgica como es debido (y permisos de residencia para comenzar) que heredaron, ellos y los suyos, del Instituto nacional de Emigracion franquista- y sobre todo unas « matematicas » o formas de calculo/socio/laboral por llamarlo asi, en materia de de seguridad social -despidos o bajas/con/preavisos, bajas por enfermedad, vacaciones pagadas, pensiones, pre/pesiones y demas- que confieso que me haria falta nacer de nuevo para lleagar a a dominar (al dedillo) a asimilar –y disfrutar tambien...- como lo consiguieron ellos, en virtud de una simple afiliacion sindical o como de/nacimiento (en muchos de los casos)

Y por supuesto todo ese capitulo sagrado o sacralizado, como a parte: como secreto de orfebre o a de alquimista o de albanil del Medioevo -de los que construian las catedrales-, que configura la problematica, hermetica, e insondable para tantos y tantos ciudadanos de a pie -en la practica, en el fondo...- del subsidio de paro ¿ Culpa sólo mia, de mi pasado, de mi trayectoria, esa inadaptacion (relativa), ese desfase para con mis compatriotas residentes como yo en el extranjero ?...

No por cierto, sino por culpa (si se le puede llamar asi) de mi propia condicion de intelectual y de universitario, victima de una indefension (individual y a la vez colectiva) propia a la España de la transicion –y por extension a la España de la emigracion, que me habra deparado la suerte, de "cohabitante" o vecina-, que como diagnostico certero Antonio de Obregon -intelectual apolitico seducido por la Falange y escritor ilustre- nos viene (a muchos) de los tiempos de la II Republica…(continua)

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